Mi profesora es una swinger - parte 1

Mi profesora es una swinger - parte 1
Una noche, mientras salía de comprar comida con mi sobrino y nos dirigíamos al carro camino a casa, un sonido nos hizo voltear a ver que ocurría. La calle estaba un poco oscura; apenas iluminada por un foco de baja potencia. Era una pareja que salia de un hotel de paso que quedaba cerca al establecimiento del lugar de venta de comida rápida. La zona es un lugar estratégico y muy concurrido por parejas que buscan diversión de una noche, cercano a discotecas, oficinas, restaurantes, tiendas y casinos. Entonces no era de extrañar que hubiesen muchos carros estacionados cerca del lugar donde habíamos parqueado el vehículo. Era viernes por la noche así que los establecimientos estaban abarrotados de gente que buscaban comida, diversión y todo lo que la noche podía ofrecer.

El sonido que había llamado nuestra atención fue la palmada sonora que el hombre le dio al trasero de la mujer que lo acompañaba mientras salían del hotel seguido de risas de complicidad por la aventura que evidentemente acababan de tener. Luego un beso escandalosamente apasionado como para exhibirse delante de todos haciéndonos saber que habían acabado de follar en ese hotel y que lo disfrutaron mucho. Ella, de unos 42 años y con el cabello aun mojado por la ducha y una carita lavada sin maquillaje. Él, al parecer mucho mas joven de unos 30 o 32 años máximo. Se abrazaron y se dirigieron a su carro tomados de la mano casi al mismo tiempo que nosotros y estaban evidentemente felices; se notaba que habían bebido. Cuando entraron al carro logré notar a la distancia que la euforia que tenían no se debía necesariamente al alcohol sino mas bien a algo que todavía les había sobrado de su noche de aventura y que los ponía muy felices. Ella sacó algo parecido a un tubo de lapicero y aspiro hasta el fondo. Él hizo lo mismo. De más está decir que no debí permitir que mi acompañante presenciara semejante espectáculo pero por alguna razón la mujer llamo mi atención.

Dos semanas después de lo ocurrido aún tenia la imagen de aquella mujer con el rostro lleno de lujuria. La escena me había perturbado a tal punto que buscaba en internet mujeres con un rostro y cuerpo parecido a aquella MILF. En el trabajo no paraba de pensar en ello. Finalmente, y después de evocar constantemente aquel recuerdo y de ir al sitio varias veces esperando encontrármela de nuevo con la excusa de ir a comprar comida, logré recordar a la mujer y aquel descubrimiento me pareció sencillamente imposible de creer. Corrí a casa de mis padres en busca del álbum fotográfico de mi época del colegio. Aquel rostro era definitivamente el de mi profesora. Habían pasado casi 20 años pero ella aun se veía igual. Con algunas variaciones por supuesto. Ya no tenia el cuerpo ni el rostro de una joven de 23 años pero aún se podía reconocer su ineludible belleza.

Lo había confirmado. Aquella mujer era mi profesora o mejor dicho lo fue. Me vinieron varias ideas a la mente. Quién era aquel tipo. Acaso seria su alumno o su amante. Era acaso mi profesora una zorra. Luego me sentí mal por pensar así de ella. Es decir, después de todo es su vida privada y si fuese una mujer que disfruta de su libertad sexual no la convierte en una mala persona. Si es su pareja o no, eso no era de mi incumbencia. Bien puede ser su enamorado o esposo - aunque más joven - y estaban disfrutando una noche libre lo cual es normal. Una pareja que se dá una escapadita para mantener la llama del amor. Una noche de diversión con drogas recreacionales. Luego regresan a casa y siguen con su vida normal. No es malo, al contrario me alegro por ella que disfrute sin sentimientos tontos de culpa. El sexo por diversión no es malo después de todo y si ella puede hacerlo me alegro por ella. Me sentí mal de haberla juzgado.

Revisé todo respecto a ella. Descubrí su cuenta de facebook a través de otros conocidos y allí me entere que estaba casada y con dos hij&s. Luego me percaté que el rostro de su esposo no se parecía en nada al rostro del tipo de aquella noche. Miles de pensamientos rodaron por mi cabeza. Definitivamente había un secreto muy grande en su vida. ¿Le era infiel a su esposo? Tal vez estaba separada. Tal vez su esposo conocía sus infidelidades. De repente tenia su aprobación. tal vez era impotente o ella era una ninfomana que no podía ser satisfecha por un solo hombre. Aquella situación me estaba quemando el cerebro. Tenia que descubrir cuál era el secreto de la profesora. Finalmente me armé de valor y decidí hacerle vigilancia esperando a que regrese a aquel lugar donde la encontré por ultima vez.

Me estacionaba frente al lugar cada noche a partir de las 7 de la noche esperando verla. Finalmente después de 1 semana de seguimiento pude reconocerla. No vestía como en aquella ocasión: con unos jeans ajustados y zapatos de tacones con plataforma, con camiseta tipo BVD que dejaba resaltaba sus senos con los pezones aún excitados y que se notaban puesto que era una transparencia que lucia sin pudor alguno. Ciertamente se había vestido intencionalmente de puta para aquella ocasión. No; esta vez venía vestida con ropa de trabajo muy formal aunque con la misma sonrisa pícara de aquella vez. La sorpresa fue tan grande cuando me di cuenta que quien la acompañaba era un hombre distinto al de la noche anterior y que tampoco era su esposo. Era un negro de aproximadamente 1.90m de estatura....