Luis, mi mujer y yo.

Luis, mi mujer y yo.Hola, me llamo Juan.Estoy felizmente casado con María. Ella es una mujer ya entrada en años?y en carnes, especialmente en las caderas, y en el culo, los tiene inmensos. En la foto de abajo la podéis ver.deletedNo tuvimos hijos, pero fuimos siempre felices, en la vida en general y en el sexo en particular.Todo cambió hace unos meses. Con nuestros 60 años cumplidos tuvimos que hacernos cargo del hijo de unos amigos, al tener ellos que emigrar en busca de su sustento.El hijo, Luis, era un joven de 18 años, alto, delgado, tímido, muy amable y educado. Él se vino a vivir a nuestra casa.La convivencia con Luis era fácil, pues como digo era muy amable y educado, a la par que discreto. Realmente trajo alegría a nuestro hogar y rápidamente nos encariñamos con él.Fueron pasando las semanas con la rutina de una familia convencional, yo me iba a trabajar por las mañanas, él al instituto, María se quedaba con su trabajo en la casa. Yo era el último en regresar, ya caída la noche, por lo que ellos solían pasar las tardes solos en casa.Un día yo terminé pronto mi trabajo y decidí ir a merendar con ellos. Compré unas pastas y me dirigí a casa. Al llegar el salón estaba vacío, así que sin darle importancia subí al piso de arriba.Por las escaleras oí unos gemidos extraños, lo que me alertó e hizo que siguiera con sigilo.Me asomé a nuestro cuarto, allí no había nadie. En silencio me dirigí al cuarto de Luis y lentamente entreabrí la puerta. En ese momento me quedé helado.María yacía en la cama, desnuda, con todas sus carnes desparramadas en el lecho, abierta de piernas al máximo, ofreciendo su enorme chocho, depilado y hermoso. Luis desnudo también, estaba de rodillas entre las enormes piernas de María, con una polla descomunal entre sus manos, presto a clavársela.Yo me quedé paralizado, un enorme rubor recorrió mi cuerpo, al principio pensé que de enfado, pero enseguida me di cuenta que era de excitación.Ver a mi mujer, madura y con su enorme cuerpo ofrecido al joven delgado y pollón me puso instantáneamente a mil.La polla, que no desmerecía de la de Luis, se me puso erecta en un instante, a la par que la polla de Luis comenzaba a penetrar el chocho de mi mujer.Lo hacía con facilidad, porque María parecía enormemente lubricada y caliente, rápidamente metió su enorme rabo en el chocho de ella.A partir de ahí comenzó un feroz metesaca que volvió loco de placer a los dos?.y a mí. Gemían, bufaban de gozo. Y me excitación crecía con la de ellos.El cuerpo de Luis apenas era la mitad de ancho que el de María, de forma que desde donde yo estaba se veía la espalda y el hermosos culo del muchacho, de los que sobresalían los pechos y las caderas de mi mujer.NO me pude contener. Mi polla tenía el prepucio lleno de líquido preseminal, la escena era irresistible?.y el culo de Luis también. NO me lo pensé, despacio y en silencio entré en la habitación. Luis estaba de espaldas y su cabeza me ocultaba de la vista de María. El culo de Luis se me ofrecía rosado y dilatado, así que en un instante mi polla le penetró.La sorpresa de ellos fue tan grande como la que había tenido yo, pero tan rápidamente me acoplé al culo de Luis y al vaivén de ambos, que la excitación de los tres nos llevó a continuar sin parar.Ahora mi polla follaba a Luis, y la de Luis, como una continuación de la mía, follaba a mi mujer?era un ensarte maravilloso.No tardamos sino dos minutos en corrernos los tres. El culo de Luis quedó lleno de mi semen, y su semen rebosaba del chocho de mi mujer, juntándose en cascada ambos con los líquidos del chocho de María, para inundar los tres líquidos mezclados las sábanas.Exhaustos permanecimos fundidos en un solo cuerpo unos minutos más.(Continuará)