El idilio Pasional

El idilio PasionalEl cansancio por este idilio que hemos comenzado horas antes se hace evidente con nuestros cuerpos, buscan reposo en una cama que aguarda con nuestros sueños y vela porque la pasión no termine. Un espejo nos observa desde el techo con envidia al vernos abrazados, escuchando los sonidos de nuestra respiración, sintiendo el mismo sudor producto del calor en nuestras pieles, nos envidia porque observa el deseo de nuestras almas con la ternura de ver su rostro sobre mi pecho, una sonrisa denota la satisfacción de haber iniciado ese viaje en compañía de la pasión.Caemos en un dulce sueño presas del cansancio, nuestras pieles debilitadas se encuentran recobrando sus fuerzas para una nueva batalla de sensaciones, deseos y anhelos prohibidos. Mis brazos sostiene su cuerpo cobijándola del frio en un ambiente hasta hace unos minutos candente por el fragor de experimentar nuevas formas de poseernos. Los cuerpos yacen desnudos en esa oscuridad capaz de apreciar la belleza nuestras almas, es una imagen llena de sensualidad y ternura que solo el silencio y las sombras reflejadas en la pared pueden observar.Un instinto candente como gotas de sudor recorre mi cuerpo, me desierta y me incita tocar de nuevo su cuerpo, sentir su piel, me acerco más ti, beso tu oído, acerco mi virilidad a tus curvas, la muevo quiero que sientas como arde en deseos por fundirse contigo, comienzo a besarte, abrazarte, acariciarte, quiero despertarte con lentitud, que pienses que es un sueño real, la oscuridad de la mad**gada es testigo de este deseo que lleva mi piel, enciendo la luz para observarte y maravillarme una vez más con ese cándido cuerpo lleno de sensualidad y fogosidad de mi fiera pasional.Me postro sobre tu cuerpo, ahí veo la desnudez de tu espalda con ese color blanco que me encanta, tu cabello rizado que cae sobre ella como una cascada combinando a la perfección el blanco de tu cuerpo y el negro de tu cabello, mi aliento se convierte en un viento con el lenguaje que solo sus hombros pueden descifrar, los besos tiernos mojan cada poro de su piel, mi boca llega hasta sus caderas, sus glúteos, los muerdo con desesperación para alimentar mi llama ardiente que es mi cuerpo, las ansias de poseerla se hace presente con mis caricias, mis palabras y con el despertar de mi bronce ardiente que incrementa su tamaño con cada sensación que produce su cuerpo lleno de sensualidad, seducción y deseo.Su cuerpo no puede permanecer dormido un segundo más, quiere que sienta ese fuego interno que desde hace mucho su pasión y deseos reprimidos han logrado despertar en esa fiera que se transforma en cada entrega de su ser, su cuerpo reacciona a mis caricias, su estremece con movimientos llenos de coquetería , sus ojos se abren y percibe que ya no es un sueño, es su realidad, la realidad de mi fiera ardiente, los suspiros de sus labios me indican que estas dispuesta a gozar del placer de la prohibición tatuado en nuestras pieles cuando nos fusionamos y después borrados con los rayos del sol que anuncia nuestra partida. Poco a poco me acerco a su rostro, observa a mi virilidad semi?erecta, requiere la energía que tus labios para tener el tamaño perfecto para ti, tu lengua traviesa hace su trabajo en ella cada vez que la insertas, te tomo del cuello para acercarte a mi vientre y puedas oler la sexualidad de nuestras pieles, devoras por completo esa pieza ya ha despertado de su letargo pasional dentro de tu boca, -si mamita, que rico lo haces mi amor-, -me encantas-, -luces preciosa mamita-.Mis ojos se cierran, me observo en el espejo y solo puedo reír de esa satisfacción que produces en mí, te pido por favor que detengas este momento sublime donde estoy rendido a tus deseos, a ese deseo mutuo que nos lleva a realizar locuras interminables una y otra vez, veo la voluptuosidad de tus curvas, preciosas, inmensas, tu lencería verde produce en ellas un aumento de tamaño increíble, te vuelves mucho más rica de lo que ya eres. Sostengo tus caderas, te acerco a mí, inserto ese miembro ardiente que sientes en la profundidad de tu cuerpo, tus glúteos chocan con mis muslos, te mueves de forma riquísima, tus labios pronuncias las palabras que detonarán en un salvajismo pasional que hasta momento no habíamos experimentado, esas palabras son: M: -dime que te gusta cogerme-.H: -Me encanta como mueves esa cola mamita, estas bien rica-H. -Eso mi amor pinche culote que tienes, disfruta, disfruta de la verga-El sonido de tres nalgadas a tus glúteos y tus caderas se escuchan en la habitación como un estruendo placentero al saber que gozamos uno del otro.H: -Pinches nalgotas mi amor, estas bien rica, hay siii, que rico te comes la verga mi amor-.Escucho tus gemidos, las palabras de satisfacción que brotan de tu labios, me detengo por un momento para apreciar tus glúteos hermosos, la silueta divina de tu cuerpo, tu espalda arqueada, tus caderas prominentes, el triángulo formado por tu lencería y tus curvas de fuego, la belleza de esa imagen llena de voluptuosidad está grabada en mi mente, vuelvo a insertar mi virilidad e iniciamos este idilio pasional donde tú eres la protagonista de un salvajismo pasional.Aumento la intensidad de los movimientos, sostengo tus glúteos entre mis manos, siento riquísimo la forma en que te hago mía y son mis palabras salvajes las que brotan de mí ser pasional que se complemente con el tuyo:H: -Te gusta putita-M: .- Que rico-H: -Sientes rico la verga mi amor-M: -Me encanta tu verga-.H: -Te encanta mi verga puta-.M: -Si papito me encanta, me encanta-.H: -Solamente mi verga satisface esta pinche cola-.M: -Me cae que si-.H: -Pinche colota vea (unas nalgadas suenan en ese exquisito trasero que tienes).H: -Te gusta perra-.M: -Si me gusta como me estas cogiendo-.H: -Eso mami eso disfruta de la verga-.H: -Te gusta que te coja-.M: -Si, hay que rico, ahhh- (otra nalgada suena en ese hermoso trasero suyo)H: -Quieres mas puta-.M: -Mas papito, más-.H: -Eso pide verga puta, pide verga-M: - Mas ahh, ahhH: - Ahh que ca no te quejes, querías verga no (otra nalgada que deja impregnada mi manos en sus glúteos)M: (una sonrisa tuya se escucha) ? ahh, si asi papito más-.Continuamos así hasta que una explosión de un manantial blanco abandona mi ser anunciando el fin de este suculento instante donde fuimos más allá de la lujuria sin importar nada que fuera nuestra satisfacción, la noche aguarda otro momento como este antes de volver a caer rendidos por la pasión.